domingo, 18 de diciembre de 2011

Isla Victoria y Bosque de Arrayanes

Todas las excursiones por el lago Nahuel Huapi salen desde Puerto Pañuelo. Este esta situado a 25 km del centro de Bariloche justo frente a la entrada del Hotel Llao Llao. Se llega en colectivo o auto en un paseo de media hora o 45 minutos. La excursión la coordinamos el día anterior en una de las agencias de viajes, ya que a pesar de que todas salen del puerto ninguna se puede acordar desde ahí. Cerca de las diez de la mañana llegamos al lugar y una vez paga la entrada al parque Nacional nos disponemos a embarcarnos en “El modesta Victoria”.


La historia de este barco cuenta que fue construida en el año 1937 en los astilleros Verchure de Amsterdam (Holanda), por encargo especial de la Dirección de Parques Nacionales, durante la presidencia de Don Exequiel Bustillo. Luego se transportó por barco y tren totalmente desarmada hasta Bariloche, donde fue rearmada y botada en un gran acto con la participación de todo el pueblo, el 12 de octubre del año 1938. Tiene tres cubiertas de piso de Teca, herrajes de bronce y tulipas de alabastro. Nos parece remontarnos a esa época cuando nos encontramos dentro de la embarcación.


Luego de una hora de navegación arribamos a la península de Quetrihue, bajamos a visitar el “único Bosque de Arrayanes del mundo” como dice la propaganda. Se puede recorrer mediante un sendero entablado de mediana dificultad. Impresiona ver la cantidad árboles de color canela y blanco. Es un buen momento para darnos un respiro y tomar fotos. Al finalizar el recorrido pasamos frente a la casita del bosque que según dicen es la que inspiró a Wall Disney para crear la película Bambi. Para ser sincero no nos llama mucho la atención, porque es una construcción simple y pequeña.




Luego navegamos hacia la Isla Victoria durante 40 minutos, desembarcando en el Puerto Anchorena. Nos reúnen a todas las personas en la entrada, pasando el muelle y nos hacen dar vuelta. “Allí yace el indio durmiendo” nos dicen los guías. Al principio nos cuesta ver, pero luego logramos contemplar la imagen del rostro de un indio en el perfil de la montaña. 



Este el punto de partida de una caminata muy interesante con el guía que nos cuenta y nos muestra un poco la historia de los primeros habitantes de la isla y la singular personalidad de Anchorena. Pasamos por el vivero donde podemos apreciar la diversidad de coníferas. Arriba nuestro escuchamos como las copas de los árboles de más de 50 metros rozan entre si. El lugar es fascinante.


Nos introducimos en los distintos senderos donde podemos tomar diferentes panorámicas del Puerto Gross, del Lago Nahuel Huapi y de la playa del Toro. Ya cansados nos tomamos unos mates y comemos algo esperando que llegue el barco que nos trae de vuelta.



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